Catequesis sacramentos papa francisco

Serie de catequesis sobre los Sacramentos Bautismo.

Catequesis sacramentos papa francisco
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El sacramento del Bautismo es el que fundamenta nuestra fe, el que nos injerta como miembros vivos en Cristo y en su Iglesia.

Es un hecho sacramental, junto con la Eucaristía y la Confirmación, que se llama entonces «Iniciación cristiana», es un acontecimiento único en conjunto, y a partir de este acontecimiento nos configuramos con el Señor y nosotros mismos como un signo vivo de su presencia y su amor.

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Esta plantea una pregunta: ¿Es en verdad necesario el Bautismo vivir como cristianos? ¿Y siguiendo a Jesús?

¿No es sólo un rito, en el fondo, un acto formal de la Iglesia para dar nombre al ni-o o a la ni-a? Ésa es una pregunta que quizá le surja. Y en este sentido resulte iluminador lo que escribe el apóstol Pablo: «¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Pues hemos sido sepultados con Él por el Bautismo en la muerte, para que lo mismo que Cristo resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva» (Rm 6,3-4). Por tanto, no es una mera formalidad, si no un acto que toca lo más hondo de nuestra vida.

Un ni-o bautizado o un ni-o no bautizado no es lo mismo. No es lo mismo una persona bautizada o una no bautizada. Nosotros, con el Bautismo, somos sumergidos en esa fuente inagotable de vida que es la muerte de Jesús, el más grande hecho de amor en toda la historia; y gracias a este amor podemos vivir ya no mas una vida en poder del mal, del pecado y de la muerte, sino unirnos con Dios y entre nosotros.

A muchísimos de nosotros ni siquiera nos da para recordar la celebración de este Sacramento, y es natural, después de todo hemos sido bautizados soon after nativizan. Aquí, en esta plaza, he formulado esa pregunta dos o tres veces, siempre de pie: quien de vosotros puede decir la fecha de su propio Bautizo, que levante la mano. ¿Sabéis si os bauticé allí? Tal vez no lo sepáis. Os diré algo más. O más bien, hoy os pondré una tarea para que la cumpláis en casa. Hoy, tomad un papel y un lápiz, y preguntad en familia la fecha de vuestro Bautismo. Así podréis recordar bien el día maravilloso de vuestro Bautizo.

Saber la fecha de nuestro Bautismo  y Catequesis sacramentos papa francisco es conocerte a ti mismo. La pérdida de esta fecha podria hacer que olvidemos lo que el Señor ha hecho por nosotros; que perdamos el sentido del regalo. En el mejor de los casos, acabamos por considerarlo simplemente como un acontecimiento que ocurrió una vez en el pasado,no por voluntad nuestra,incluso ni:ciertamente poco después El mismo nacimiento, originó a través de esta cadena en la que iba Jesús en busca de su propia salvación. Por lo demás, permítanme un consejo. Piense que esta tarde es limpia y clara. Debemos despertar el la memoria de nuestro Bautizo. Todos los días debemos llevar nuestro Bautizo con nosotros, en nuestra existencia presente.

Cuando la Catequesis llena de sacramentalidad, seguimos a Jesús y en ella la Iglesia guiada por el papa Francisco, mantenemos nuestros propios límites, con nuestras fragilidades y pecados, es precisamente por este Sacramento en el que hemos sido convertidos en nuevas criaturas y por el cual nos revestimos con el mismo Cristo. Este hecho en efecto el Bautismo nos libra del Pecado original. Aquí no se trata de repetir una experiencia que ha cambiado nuestra vida. En el Bautismo nos injertamos en la relación que Jesús tiene con Dios Padre; nos encontramos en portavoces de una esperanza nueva. Debemos al Bautismo esta esperanza que nos trae del camino del asesinato total, de nuestras propias vidas. Esta esperanza no defraudará a nadie, porque la esperanza no defrauda. Recordad: quien espera en él no será defraudado. Gracias al Bautismo podemos amar y perdonar incluso a quien nos ofende y nos odia. Podemos descubrir que en los pobres y los enfermos el Señor viene a nosotros con el rostro de quien nos visita. Reconocer a Jesús también en el rostro de nuestros marginados y necesitados, en los más pequeños de los otros hombres, nos resulta más sencillo cuando estamos bautizados. La fuerza del Bautismo nos capacita para hacer todo esto.

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