La comunidad miguelista es una comunidad que sigue la doctrina y enseñanzas de Miguelismo, un movimiento político-religioso que se originó en Portugal en el siglo XIX.
El Miguelismo surgió en 1828 en respuesta a la muerte del rey portugués João VI y la ascensión al trono de su hijo Pedro IV. Los miguelistas, liderados por el hermano menor de Pedro IV, Miguel, se opusieron a la adopción del liberalismo y defendieron una monarquía absolutista y tradicionalista.
A pesar de que el Miguelismo perdió la guerra civil que tuvo lugar en Portugal en la década de 1830, el movimiento continuó teniendo seguidores en todo el mundo. Hoy en día, la comunidad miguelista sigue existiendo en varios países, incluyendo Portugal, Brasil, Estados Unidos y otros lugares.
Los miembros de la comunidad miguelista comparten una serie de creencias y valores, incluyendo la defensa de la monarquía y el rechazo del liberalismo y el comunismo. También siguen una serie de prácticas religiosas, incluyendo la devoción a Nuestra Señora de Fátima y la celebración de varias festividades religiosas.
Es importante tener en cuenta que la comunidad miguelista, como cualquier otra comunidad, puede tener sus propias normas y prácticas que pueden variar según la región y el contexto cultural.
Surgió en México a mediados del siglo XX
inspirado en la figura de San Miguel Arcángel. Esta comunidad tiene su origen en la devoción popular a San Miguel Arcángel, y se ha extendido a otros países de América Latina y Estados Unidos.
La Comunidad Miguelista se caracteriza por la adoración a San Miguel Arcángel, quien es considerado como el defensor y protector de la comunidad. Los miembros de esta comunidad realizan diferentes prácticas de devoción, como la novena a San Miguel Arcángel, la recitación del rosario y la celebración de la misa en honor al santo.
Además, la Comunidad Miguelista tiene una estructura jerárquica con un líder espiritual, conocido como «padre espiritual», quien dirige y guía a la comunidad. Esta estructura jerárquica también se extiende a nivel regional y nacional, con líderes designados para supervisar y coordinar las actividades de la comunidad en diferentes lugares.
La Comunidad Miguelista ha sido criticada por algunos sectores por sus prácticas de devoción y por la estructura jerárquica de la comunidad. Sin embargo, para sus seguidores, la Comunidad Miguelista representa una fuente de apoyo espiritual y una forma de conexión con su fe y su cultura.