Comunidad primitiva

El término «comunidad primitiva» se refiere a una forma de organización social que se caracterizó por la ausencia de clases sociales, la propiedad colectiva de la tierra y los recursos naturales, y la falta de una estructura jerárquica de poder. Este tipo de sociedad se considera anterior al surgimiento de las sociedades estratificadas y a la aparición de la propiedad privada.

Se cree que las comunidades primitivas surgieron hace unos 10.000 años, cuando los seres humanos empezaron a cultivar la tierra y a domesticar animales. Estas comunidades se basaban en la cooperación y el intercambio de recursos entre sus miembros, y su modo de vida estaba adaptado a las condiciones naturales del entorno en el que habitaban.

comunidad primitiva

Entre las características de las comunidades primitivas se pueden mencionar las siguientes:

  1. Propiedad colectiva de la tierra y los recursos naturales.
  2. Ausencia de clases sociales y de explotación del trabajo de unos por otros.
  3. Economía de subsistencia, basada en la caza, la pesca y la recolección de alimentos.
  4. Igualdad de género y de edad en la distribución del trabajo y los recursos.
  5. Sistemas de parentesco basados en lazos de sangre o de alianza.

Ejemplos de comunidades primitivas incluyen las sociedades de cazadores-recolectores como los San de Botswana, los Aché de Paraguay y los Inuit de Canadá; las sociedades agrarias tempranas como la cultura de los Andes centrales en Sudamérica y la civilización del Valle del Indo en Asia; y las sociedades pastoriles como los masáis de África y los pastores nómadas de Asia central.

Además de las características mencionadas anteriormente, se puede decir que las comunidades primitivas eran autónomas, es decir, tenían un alto grado de independencia respecto a las demás comunidades vecinas y a las autoridades centrales. Cada comunidad tomaba sus propias decisiones y se gobernaba a sí misma mediante acuerdos y consensos entre sus miembros.

En las comunidades primitivas, el trabajo era compartido por todos los miembros y no existía la figura del trabajo asalariado. Las labores agrícolas, la caza, la pesca y la recolección de alimentos eran responsabilidad de toda la comunidad, y se llevaban a cabo en función de las necesidades colectivas y no individuales.

Otra característica importante de las comunidades primitivas es que la religión y la mitología eran parte integral de su vida diaria. Las creencias religiosas se centraban en la naturaleza y los dioses que la habitaban, y estaban estrechamente relacionadas con la economía, la política y la organización social de la comunidad.

Es importante destacar que el término «comunidad primitiva» no implica una jerarquía de desarrollo humano, ya que esta forma de organización social no es necesariamente inferior o superior a otras formas de organización social. En lugar de eso, se refiere a una forma específica de vida en sociedad que se dio en ciertas épocas y lugares de la historia humana, y que tuvo sus propias particularidades y complejidades.