«Padre celestial, te pedimos que derrames sobre nosotros tu paz y armonía divina, para que podamos vivir en comunión con nuestros hermanos y construir juntos un mundo más justo y fraterno. Fortalécenos con tu gracia y haznos instrumentos de tu paz en este mundo necesitado de amor y reconciliación.»
Dios de amor y misericordia, nos acercamos a ti con esta Oración de la paz; esa paz que solo tú puedes dar. Sabemos que el mundo en el que vivimos está lleno de violencia, odio y división, y que a menudo nos encontramos perdidos y confundidos en medio de tanto caos.
Te pedimos que derrames sobre nosotros tu gracia y nos llenes con tu presencia divina, para que podamos sentir la tranquilidad que solo proviene de ti. Ayúdanos a encontrar la paz en medio de las pruebas y tribulaciones de la vida, y a ser instrumentos de tu paz en un mundo necesitado de amor y reconciliación.
Te pedimos que nos ayudes a cultivar la armonía en nuestras relaciones personales y en la comunidad. Ayúdanos a perdonar y a ser perdonados, a amar y a ser amados, para que juntos podamos construir un mundo más justo y pacífico. Guíanos hacia la reconciliación y la unidad en nuestras diferencias, y ayúdanos a comprender que todos somos tus hijos amados, creados a tu imagen y semejanza.
Te pedimos que nos protejas de todo mal, y que nos liberes de la esclavitud del pecado y de la muerte. Que tu Espíritu Santo nos acompañe en esta con esta Oración de la paz y en cada momento de nuestra vida, iluminando nuestros pasos y guiándonos hacia la verdad y la vida eterna.
Finalmente, te pedimos que nos des la gracia de la perseverancia en la búsqueda de la paz, para que nunca nos cansemos de trabajar por ella en nuestro mundo y en nuestras comunidades. Que tu paz, que sobrepasa todo entendimiento humano, llene nuestros corazones y guíe nuestros caminos hacia la reconciliación y el amor fraterno. Amén.
Que es la paz de Dios?
La paz de Dios es una paz que va más allá de la comprensión humana. Es una paz que solo puede venir de Dios y que trasciende cualquier situación difícil que podamos estar enfrentando. La paz de Dios nos da la tranquilidad y la serenidad necesarias para enfrentar los desafíos de la vida, y nos permite descansar en la certeza de que Dios está con nosotros y nos sostiene.
La paz de Dios no es simplemente la ausencia de conflictos o problemas, sino una paz interior que nos llena de esperanza y confianza en la bondad y el amor de Dios. Es una paz que nos permite perdonar y ser perdonados, amar y ser amados, y vivir en armonía con nuestros hermanos y hermanas.
San Pablo en su carta a los Filipenses (4:7) dice: «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Esta es una descripción de la paz de Dios como algo que va más allá de lo que podemos entender racionalmente, y que nos guarda y protege en la fe en Cristo Jesús.
La paz de Dios es una paz interior que nos da la serenidad necesaria para enfrentar los desafíos de la vida, y nos permite vivir en armonía con nosotros mismos, con los demás y con Dios. Es una paz que viene de Dios y que nos llena de esperanza y confianza en su amor y su bondad.